

“Dime qué escuchas y te diré quién eres”
Más de una vez habrás escuchado aquello de “somos lo que comemos…”, ¿verdad? Pues tengo que decirte que también somos lo que escuchamos. La música que nos acompaña día a día, esa música que tanto nos gusta, dice mucho de nuestra personalidad y del ritmo que llevamos dentro.
La música es un lenguaje más que la especie humana ha ido desarrollando a lo largo de la historia. En realidad, esto no es algo nuevo, pues la historia de la música nos rebela que cada punto geográfico, cada época y cada grupo social, viene ligado a una tendencia musical concreta, que responde a sus valores y a los acontecimientos y circunstancias del momento. Y como todo lo que tiene que ver con el ser humano, la música también evoluciona. Los géneros musicales que hemos heredado, los actuales y los que aún están por llegar, guardan una estrecha relación con la personalidad del individuo que los escucha. Pues cada género proyecta su propio mensaje.
Algunos estudios indican que los gustos musicales son la clave para regular las emociones y dejan entrever mucho de cómo somos realmente. Y es que la música, al fin y al cabo, es una forma de expresión, y por lo tanto, es inevitable que nos sintamos identificados o llamados por ella. Probablemente, unas veces más que otras, dependiendo del tipo de música que suene. Así que, podemos afirmar que la música es un referente de identidad.
En mi caso, no sabría elegir un estilo musical con el cual me sienta identificada al 100%, pues hay varios estilos diferentes que me emocionan por igual… supongo que cada momento tiene su banda sonora ideal.
Por eso, en cualquier celebración la música es imprescindible. Se ha convertido en nuestra mejor compañera, y nos llega muy dentro en los momentos más importantes de nuestras vidas (tanto los buenos, como los malos). En primer plano o de fondo, de un estilo o de otro, siempre está presente y dota de identidad al evento. Crea el ambiente propicio en cada ocasión y ayuda a integrarse a los asistentes, invitándoles a participar y haciéndoles disfrutar mejor del momento.